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La ubicación es bastante conveniente para acceder al tranvía y al autobús y poder moverse por Dublín. Las habitaciones y zonas comunes están limpias. El único inconveniente es que la habitación da al lado de la carretera, mucho ruido.

El albergue es súper bonito. Aunque seamos muchos en las habitaciones, hay suficiente espacio para poner tus pertenencias sin molestar a los demás. Los baños están muy limpios y el área común es agradable. ¡¡Un gran desayuno!!

Hostal muy bien situado, a unos quince minutos andando del centro de Dublín. Personal agradable, instalaciones limpias.

Correcto

Pasé solo una noche pero fue relajante y todas las personas en el albergue muy educadas, limpias y respetuosas.

Las habitaciones están muy limpias y tienen muy buena ropa de cama, pero nuestra habitación estaba ubicada entre dos baños y encima de la puerta del estacionamiento, por lo que era muy ruidosa.

La gente de recepción es disponible y amable. El albergue está limpio. Nuestro dormitorio (26) estaba en silencio, aparte del incesante zumbido de una máquina (¿ventilación?)

Es un lugar precioso y con mucho encanto y personalidad. Lo recomiendo muchísimo. Nosotras éramos 2 y reservamos una habitación compartida con 10 chicas, pensamos que serían camas mal puestas sin nada de intimidad pero para nada es así. El espacio está muy bien aprovechado con 5 literas, cada cama tiene una cortina para tapar y separar del resto de camas y una mesita de noche con una lamparita por si quieres leer o quedarte hasta tarde despierta sin tener que molestar a las demás. Todo el personal es muy amable y alegre, es un sitio muy acogedor! Además, tienen una sala con sofás y televisión donde todas las tardes/noches realizan actividades: karaoke, cine, partidos de futbol o tenis... Disponen de otra sala con billar y más sofás. También hay un piano precioso en medio de un recibidor que se puede tocar durante el día. Otra cosa que nos gustó mucho es la libertad para poder cocinar cuando quieras. El albergue consta de una cocina a disposición de todos los residentes, nos fue de gran utilidad para no tener que gastar dinero todos los días en restaurantes. Nosotras compramos comida el primer día y la guardamos en una de las neveras de las que disponen con una etiqueta donde debes poner tu nombre y la habitación en la que te encuentras, así cada uno tiene su comida controlada. Todo el mundo es muy respetuoso y, además, el momento de cocinar te permite socializar y conocer a otra gente residiendo ahí como tu. Eso sí, a las 22h la cocina cierra. Al lado de la cocina hay una sala con mesas donde puedes cenarte tu comida, la cocina tiene platos, cubiertos, vasos... Así que ya viene equipada con todo. En el mismo comedor, también hay una barra de bar donde puedes comprar algún refresco, cerveza o incluso pizzas. El desayuno viene incluido y no está nada mal, eso sí, si tienes alguna alergia te recomiendo traerte comida ya que mi compañera de viaje es celíaca y para desayunar solo tenían tortitas de arroz, no parecía que controlasen mucho del tema. Las instalaciones compartidas, como los baños, estaban siempre limpios. Durante todo el día veías personal de limpieza limpiándolos y eso también daba mucha tranquilidad. Otra característica a destacar del albergue es su ubicación. Se encuentra en pleno centro de la ciudad de Dublín. Es perfecto. Todo te queda cerca. Nosotras pasábamos todo el día fuera pero, si en algún momento llovía mucho, podíamos volver bien a casa para darnos una ducha caliente y hacernos algo para comer ya que todo el transporte público pasaba por la calle del albergue. También poseen una sala para guardar el equipaje de forma gratuita hasta las 17h. Esto trae beneficios ya que la salida del albergue se realiza por las mañanas y nuestro vuelo de vuelta era por la tarde, así que pudimos dejar las mochilas ahí durante el día e ir a buscarlas antes de ir hacia el aeropuerto.

Hay mucho que decir sobre mi estancia en Abbey Court. En primer lugar, la ubicación es estupenda, justo en el centro. Habitaciones: no están ventiladas lo que favorece los malos olores, hay poca optimización del espacio por lo que a veces cuesta moverse, faltan varias cosas que serían prácticas como ganchos para la toalla o la chaqueta. Ropa de cama: horrible, nunca había dormido tan mal, tenía un dolor de espalda terrible. ¡Ya he dormido mejor sobre un suelo de hierba bajo las estrellas, es decir! Desayuno: Lo probé una vez, fue suficiente para mí, me dolía muchísimo el estómago y pasé mucho tiempo en el baño (si sabes a qué me refiero) unas horas después porque eso mi cuerpo no digería. . Duchas: bastante limpias pero no se puede regular el calor del agua, es una lástima. Gran ventaja para las duchas ecológicas, eso es realmente genial. Hay muchas duchas, así que está fresco, no hay esperas. Zonas comunes: ese es realmente el gran plus del albergue. Todas las instalaciones para actividades compartidas son geniales, el ambiente en el salón siempre es genial, animado, los bartenders son muy amables y todo el equipo es súper amable. La cocina es funcional y práctica. Eso es realmente lindo, hay muchos lugares e instalaciones para divertirse. La comida del bar es muy buena!! Hay muchas actividades planeadas y es súper divertido. Por último, en cuanto a limpieza aún podría mejorar un poco. Pero no es catastrófico.

Hay lo que necesitas y para todos los gustos, sólo que por mi parte la experiencia estuvo sesgada por un cambio de habitación no aceptado (por un compañero de piso insoportable), y las habitaciones estaban sobrecalentadas... Si no todo va bien.

Buena bienvenida, personal disponible y complaciente. Mención especial al vigilante nocturno, muy cálido. Dormitorios limpios y camas cómodas. Nivel de ruido al mínimo, ya sea ruido de la calle y de los pasillos. Aseos impecables. Pequeño piso para el secador de pelo en los sanitarios colectivos femeninos que no funcionaba. Desayuno completo y económico, pero hay que llegar temprano. Precios justos en general. Pequeña tienda de comestibles cerca. Muy bien ubicado, un poco alejado del centro, en una zona renovada y agradable. Luas Red Line (tranvía) a tiro de piedra para llegar rápidamente al centro, de lo contrario, 20 minutos a pie como máximo. También cerca de la estación de Heuston, para tomar un tren en dirección suroeste. Recomendamos encarecidamente.

Desafortunadamente, el restaurante estaba cerca. Echamos de menos una cocina compartida.